domingo, 29 de marzo de 2009

SeR o No SeR (William Shakespeare)

Hamlet: ¡Ser, o no ser, es la cuestión!—¿Qué debe
* más dignamente optar el alma noble
* entre sufrir de la fortuna impía
* el porfiador rigor, o rebelarse
* contra un mar de desdichas, y afrontándolo
* desaparecer con ellas?
* Morir, dormir, no despertar más nunca,
* poder decir todo acabó; en un sueño
* sepultar para siempre los dolores
* del corazón, los mil y mil quebrantos
* que heredó nuestra carne, ¡quién no ansiara
* concluir así! Morir... quedar dormidos...
* Dormir... tal vez soñar!—¡Ay! allí hay algo
* que detiene al mejor. Cuando del mundo
* no percibamos ni un rumor, ¡qué sueños
* vendrán en ese sueño de la muerte!
* Eso es, eso es lo que hace el infortunio
* planta de larga vida. ¿Quién querría
* sufrir del tiempo el implacable azote,
* del fuerte la injusticia, del soberbio
* el áspero desdén, las amarguras
* del amor despreciado, las demoras
* de la ley, del empleado la insolencia,
* la hostilidad que los mezquinos juran
* al mérito pacífico, pudiendo
* de tanto mal librarse él mismo, alzando
* una punta de acero? ¿quién querría
* seguir cargando en la cansada vida
* su fardo abrumador?... Pero hay espanto
* ¡allá del otro lado de la tumba!
* La muerte, aquel país que todavía
* está por descubrirse,
* país de cuya lóbrega frontera
* ningún viajero regresó, perturba
* la voluntad, y a todos nos decide
* a soportar los males que sabemos
* más bien que ir a buscar lo que ignoramos.
* Así, ¡oh conciencia!, de nosotros todos
* haces unos cobardes, y la ardiente
* resolución original decae
* al pálido mirar del pensamiento.
* Así también enérgicas empresas,
* de trascendencia inmensa, a esa mirada
* torcieron rumbo, y sin acción murieron.

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