"El enfermo imaginario" de Molière
Argán, un hipocondríaco, como muchos que van por ahí, es el personaje principal de la última obra de Jean Baptiste Poquelin (Molière). Un hombre de edad, que siente que tiene todas las enfermedades que existen y se llena de doctores y curanderos para que alivien sus males.
En su absurdo afán de sanarse y poder vivir en la tranquilidad, pretende obligar a su hija Angélique, a que se case con el hijo de un doctor, sin embargo, ella quiere a otro hombre, que a pesar de ser pobre es el amor de su vida.
La historia de toda la vida, los conflictos sentimentales, los amores incomprendidos, los intereses personales por sobre los de los demás, odio, pasión, muerte...en fin; todo es lo mismo, sólo cambian los personajes, los tiempos, las ideas y la ropa, pero la esencia misma de la naturaleza humana es siempre igual. Moliere sabía ésto y lo escribía y lo actuaba de una manera monumental, cómica y sarcástica...de ahí su fama y grandeza.
El enfermo imaginario, puede ser cualquiera de nosotros, cualquier persona que pase a nuestro lado, el vecino de enfrente, el compañero de al lado, la mujer que nos gusta, el fulano o el sutano,...la sociedad misma puede serlo. ...¿Es posible creer? ... que en nuestros tiempos actuales, un mundo de comercio y de negocios, un modelo económico de inversión y de ganancias, de marketing y publicidad...de estudio de mercado y sociedad de consumo, será posible imaginar, que las grandes transnacionales farmaceúticas, los grandes emporios de la salud y el bienestar, pueden de alguna forma crear primero la enfermedad,...luego la posibilidad, de que todos estemos contagiados, todos enfermos o al menos la gran mayoría del planeta,...para luego, ellos, con su gran visión de los negocios, perdón, quise decir, con su gran conocimiento científico, sanar, “la nueva “ y terrible enfermedad.
¿No estamos todos enfermos, o al menos creemos estarlo?
Acaso, ¿no tenemos miedo, de las plagas y enfermedades que nos dicen que andan por ahí?
¿No buscamos, por todos los medios, la cura a nuestros males? Tanto físicos como espirituales?
Todos, de alguna manera somos Argán, todos queremos creer que no estamos enfermos. Los sanadores, mercachifles y milagreros, también existen en gran cantidad, todos están ahí, la hija abnegada e incomprendida, la esposa amargada e intolerante, el amor verdadero y silencioso, los que aparentan ser poca cosa y no lo son; y, también, los que aparentan ser buenos y en realidad, son malvados y sin escrúpulos.
Moliere no ha muerto, ni su obra, ni sus personajes, todos están aquí, junto a nosotros, bailan alrededor nuestro, saltan y cantan con sus ropas de bufones y sus caras pintadas, la música y el ruido está en el ambiente, todo está ahí, los personajes, el público, las luces y los efectos, la alegría y la tragedia, todos con máscaras y poses distintas, todos, representando el papel que les ha sido designado, el teatro continúa y la comedia humana, sigue interpretando su ridículo papel.
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